El nombre de Halloween proviene de All Hallow's Eve, en español, víspera de Todos los Santos (1 de Noviembre).
Pero esta tradición es mucho más antigua que la que conocemos ahora. En los pueblos celtas del norte de Europa, desde hace más de 3000 años, ya se celebraba el Samaín o Samhain, es decir, el fin del verano y la festividad de bienvenida del año nuevo celta. Antes de la llegada de los romanos y el cristianismo a España, ésta era una celebracón de final de temporada de cosechas y de preparación para el invierno.
Los druidas de los antiguos pueblos la consideraban una noche mágica, en la que se abría la puerta entre el mundo de los vivos y muertos, por tanto, podían comunicarse con sus antepasados, hacer ofrendas de comida y flores, y celebrar banquetes y fiestas. (Ver la película Coco, como referencia)
Los celtas se vestían con pieles, telas y máscaras durante esta celebración para ahuyentar a los malos espíritus. También se vaciaban nabos y se colocaban velas en el interior para proteger las casas de esos espíritus.
Con la llegada del cristianismo a los pueblos de Europa, el Samaín se fue transformando. La tradición celta se separó de su orígen pagano y dió lugar al que es hoy el Día de todos los Santos. Festivo Nacional en España.
La celebración llegó a Estados Unidos y Canadá con la llegada de los inmigrantes Irlandeses durante la gran hambruna irlandesa en 1845. Con la mezcla de las diferentes culturas en el país y el boom de la cultura pop y peliculas de terror de los años 80 del siglo pasado, la tradición de Halloween fue exportada al resto del mundo hasta convertirse en la celebración que hoy día conocemos.